miércoles, 30 de septiembre de 2009

Paciencia

Sigo sin internet. Esto cada vez se pone más complicado.
Sin embargo no quería dejar de postear algo que me sucedió el día de hoy, que en realidad encierra dos temas que me interesa tratar con ustedes y que versa sobre lo siguiente:

Yo tengo una característica -que yo sostengo es masculina- muy distintiva: tengo la ¿capacidad? de abstraerme de conversaciones embolantes con hombres que me atraen y logro en un sentido literal sentir ruido a playa cuando un hombre lindo pero idiota me habla. Todo ello porque mis hormonas pesan y mucho.
Un amigo dice que eso en realidad es una desventaja ya que funciona como un mecanismo "aviva giles": le hago creer a cualquier idiota que me interesa lo que dice y por ende que es interesante. De todos modos cuando no me vuelve a ver me imagino se debe dar cuenta de que no lo es, pero... puede que mi amigo tenga razón (quiero saber qué opinan).

De esto derivó que hoy conversara de esto mismo con una compañera de trabajo, la cual con cara absoluta de perdida me preguntó: "Pero... ¿qué es "avivar giles"?"

De más está decir que todo tiene un límite y el mío es ese. ¿Cómo se le explica a alguien eso? ¿acaso no es lo suficientemente claro?

En fin, fue una enorme gimnasia de mi tolerancia. No sé cómo hice todavía!!!

Mi pregunta es, la gente que ignora tantas cosas, incluso esto tan básico, ¿es más feliz que yo? ¿la idiotez es un camino que conduce a la alegría?

Quizá, quizá. (JE!)

Opinen!!!!

sábado, 26 de septiembre de 2009

Día Peronista

"Volveré y seré millones" (de posts)

Cuando Claro me deje, por cierto... desde el 15 de septiembre no tengo internet. No puedo conectarme más que con dial up (si, vivo en una zona de mierda que no tiene banda ancha) así que veo los blogs de ustedes pero se me dificulta comentar y demás.
Ya me tendrán que bancar de nuevo... pronto (¿pronto? je)

miércoles, 16 de septiembre de 2009

El amor y Marx

"El amor sobre toda diferencia social, (...)
a pesar de las dudas y el qué dirán, el amor puede más"
(Ocho Cuarenta - Rodrigo)

¿PUEDE MÁS?

Este post comienza con la cita de un tema de un género popular como es el cuarteto ya que la temática que voy a abarcar -espero que con éxito- es la favorita de este segmento social. ¿O acaso no son las novelas las que -desde el lado de las mujeres- plantean que un multimillonario puede casarse con la mucama de su mansión aún frente a todo contratiempo? ¿Y este "vago" de Rodrigo? ¿Que conquista a la chica "bien"?
Dentro de este tipo de géneros, aquel que logra vencer las barreras que su propia clase social le impone se vuelve un SUPERHOMBRE. Es quien tiene la capacidad de romper con el "complejo de inferioridad social" (como bien decía Gramsci al hablar de la literatura popular y sus avatares en la Italia de los 20) que la clase popular sostiene y ha naturalizado -a través del sentido común hegemónico que le ha sido impuesto y a la vez ha sido admitido mediante el consenso establecido con la clase dominante- respecto de su propia posición que se deriva de su lugar en las relaciones de producción (unos pocos tienen los medios, otros muchos no y por ello son explotados a cambio de salarios a los que se les extraen ingentes cuotas de plusvalía).

Hasta aquí llegó mi clase Marxista-Gramsciana. ¿A qué me refiero con todo esto? A que esta clase de historias llenan un vacío y responden a una forma mítica que es la de pensar que los humanos se conocen y se eligen libremente y que no existen entre ellos barreras sociales y estructurales que se interpongan.

TODA MENTIRA DE INDUSTRIA CULTURAL, que gusta de jugar con ilusiones que en el propio mundo donde dichas industrias tienen lugar es imposible que se generen.

Y les paso a decir lo siguiente, por si no quedó claro hasta ahora:

LAS PERSONAS DE CLASES SOCIALES DIFERENTES no se juntan, no se casan, no forman una familia. En síntesis, NO DURAN.

Y yo planteo que eso ocurre porque en asuntos del amor la clase social juega el rol de doble barrera. Paso a explicitar de qué estoy hablando:

Barrera 1: Es muy difícil que dos personas de distintas clases sociales se encuentren. Transitan lugares diferentes, viven en barrios distintos -las clases altas suelen vivir en barrios cerrados, lo que fomenta aún más la falta de contacto-, tienen espacios de ocio diferenciales (boliches, restaurantes, etc), tienen actividades ociosas muy disímiles, entre miles de otras dimensiones en juego que hacen que esas personas no se crucen jamás. A todo esto hay que agregarle el factor socialización: las distintas clases comen de manera diferente, sus modales son distintos, sus gustos lo son también, sus ideologías claramente opuestas y derivadas de experiencias de vida increiblemente disímiles, sus gastos ni hablar...
Si por casualidad dos personas de clases antagónicas se llegan a encontrar, lo más probable es que se rechacen: "negro cabeza", dirá uno; "cheto puto", dirá el otro. Sea como sea, NO SE VAN A ENTENDER.

Ahora bien, ustedes podrían venir a decirme que soy una ciega estructuralista que niega por causas "materiales" el posible encuentro de dos seres que son movidos por razones que justamente se alejan mucho de la razón: los sentimientos, los deseos.

No solo me rio de lo tiernos y utópicos que son, sino que ahí les cierro la boca diciendo que yo ya les dije que la clase social impone dos barreras. Y he aquí la segunda.

Supónganse que dos personas logran superar esas dificultades que dije: que justo cayeron en el mismo restaurante, que ambos justo se comportaron igual y se adoraron más allá de sus diferencias. NO ES SUFICIENTE.

Porque el mundo (para bien y para mal, ustedes deduzcan por qué de ambas calificaciones) no está hecho de puras parejas aisladas, sin familias, sin grupos de amigos. En fin, sin toda la sociedad a su alrededor.

Si una mujer o un hombre son "simples", automáticamente parecen suscitar el desprecio de la clase social (¿ellos son complejos acaso? ¿por qué ser pobre es ser simple?), particularmente de la dominante.

¿Cómo se sobrevive a las presiones del grupo de pertenencia? ¿Cómo se hace para estar cómodos con un grupo que nos excluye, que nos mira y nos trata despectivamente? ¿si no ENCAJAMOS?

¿Cómo hacemos con un suegro o suegra que cree que queremos vivir de su herencia?

¿Cómo hacemos para sacarnos el ropaje societal que nos viste y que a la vez nos protege de los golpes que podrían poner el jaque el status quo?

El amor es maravilloso, hermoso, lo mejor que nos puede pasar. Pero es lo menos espontáneo que puede haber y lamentablementes es muy, pero muy INTERESADO.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Gente "Simple"

Cierta persona (hoy el post viene misterioso, igual más de uno va a saber quién fue) contó que el fin de semana pasado un conocido suyo se había suicidado.
Todos, asombrados de tan shokeante noticia (nunca cae bien un suicidio, ¿vieron?) comenzaron a hacer preguntas. La que no se hizo esperar es:

- Pero... ¿tenía algún problema personal o psicológico?

Persona misteriosa y no tanto: Y... era un hombre diferente, distinto de sus familiares.

- ¿En qué sentido?

PMyNT: Y... era introvertido... ENCIMA SE CASÓ CON UNA MUJER... "SIMPLE"

- ¿Cómo "simple"?

PMyNT: Si, simple...

- O sea, POBRE (en un tono risueño y de descalificación del término que esta persona usó) -las carcajadas se sucedieron-

PMyNT: Si, pobre... No era como la otra gente...

En síntesis: para esta persona casarse con una mujer "simple" (o un hombre, no va al caso) es causal de suicidio.

Qué mal hace la vida de country a algunas personas, che...

PD: en las etiquetas van a encontrar una pista de la persona "misteriosa"...

viernes, 11 de septiembre de 2009

El eterno dilema buscar vs. encontrar

Siempre me hizo mucho ruido esto de si al amor (o una persona a la que amar) se lo busca o simplemente se lo encuentra. Esto de por si conlleva a un equívoco ya que buscar y encontrar no son términos opuestos. Por el contrario, pueden ser un excelente complemento.
El buscar no cancela necesariamente el encontrar (como yo siempre digo, no despreciemos a la tan conocida frase "el que busca encuentra"). Pero bueno, quienes sostienen esto de que el amor se encuentra y no se busca son aquellos que atribuyen ese sentimiento al azar y a la carencia de presión que supuestamente el buscar genera.
Pero yo disiento de esta concepción por muchas razones. Sin embargo no voy a expresarlo con mis propias palabras ya que por suerte hay alguien que sabe decirlo mejor que yo: Abril Sosa de Cuentos Borgeanos (banda que me gusta mucho, ¡y me banco la posible lluvia de críticas!), quien en su reciente tema Pequeña Luz sostiene:
"Yo no creo en el azar, las cosas no suceden,
y el que busca una ilusión, termina por amar"
BELLISIMO. No me van a decir que no...
De todos modos quiero agregar algo propio. A veces la búsqueda no consiste en estar a la expectativa permanentemente ni ver en todos el posible amor de la vida de una. No se trata de presionar, no se trata de ahuyentar al otro con nuestras ansiedades.
Se trata de verdaderamente estar dispuestos. De no evitar las situaciones, de no negarnos la chance de notar cuando hay química con alguien, de no expulsar al otro de nuestra vida. De verdaderamente darse a la posibilidad de que el amor (eso que decimos desear para nosotros) en verdad ocurra y nosotros hagamos todo lo posible para que funcione y se de, aún con lo que ello involucre: avanzar nosotras, perder histeria, sufrir, gozar y nada más que eso, soñar con los ojos abiertos... Todo en su justa medida... Pero para mi buscar es estar ahí, es no cerrar puertas, es dejarse querer por quienes vienen con esa intención.
Y también sufrir y golpearse y guardarse un poco. Tan solo para renovar energías y volver a la pelea más adelante. Porque la cosa está jodida, pero quiero creer que nada es imposible.
Prometo obviamente no hablar más de amor en mucho tiempo...

miércoles, 9 de septiembre de 2009

La jungla laboral...

Yo les conté cómo son los oficinistas, nombrando y describiendo a cada uno de mis compañeros. Pues bien, de esos personajes surgió la asistente forra. La misma me dijo hace poco la siguiente frase:
"Ay... pero, ¿vos siempre usás todo lo que te queda bien?" (Apretando severamente los dientes y con cara de odio)
Esto es para todos aquellos que creen que las palabras y las frases tienen un sentido literal. Los gestos y el tono pueden cambiar tanto el sentido de lo que se dice...
La frase de esta chica destila veneno y envidia por todos lados... Y me vive tirando frases así...
Por eso es genial laburar en mi oficina... seee...
PD: ¿Qué quiere? ¿Que use todo lo que me queda mal como ella? (UPS... me salió la maldad a mi jeje)

lunes, 7 de septiembre de 2009

Pendiente

Tengo un café pendiente con un hombre con el cual entablé un tipo de relación que literalmente me llevó a terapia. Desde que me lo logré "sacar de la cabeza" (de alguna manera, es decir, poniendo las cosas en el lugar que correspondían para bien de mi psiquis) mi vida es otra. Estoy más feliz y menos neurótica.
Sin embargo con él tengo una relación profesional que me ata y aunque lo evada, tarde o temprano no puedo decir: no existe más en mi vida. Y este café es debido y necesario. Porque aunque yo me hice quilombos que no debería haberme hecho con él yo lo quiero, y mucho. Y es una persona importantísima en mi vida por muchísimos factores. Siempre está ahí, cuando lo necesito en cualquier cosa. Desde sacarme de un problema hasta simplemente escucharme y poner su hombro, como si se tratara de un gran amigo.
Pero me confunde mucho, y le gusta confundirme. La gusta lo que yo le propuse en su momento que tengamos y cada vez que aparezco no puede evitarlo: tiene que darme vuelta como una media.
Por eso temo la recaída. Pero soy fuerte, estoy mejor, estoy en otra. Puedo mantenerme firme.
Sin embargo, como hace un año que no lo veo, no sé muy bien qué hacer que me deje bien parada. ¿Tengo que ir arreglada? O por el contrario no, para que no piense que es por él que me arreglo...
¿Tengo que ser cortante o entregada como siempre, como con todas las personas que conozco y quiero?
Obviamente me va a abrazar, y varias veces. En ese caso, ¿le sostengo el/los abrazo (s) o hago que dure (n) poco?
Si me tira 800 mil flores como siempre, ¿me hago la boluda siguiéndole el juego o al contrario, dejo pasar todos los comentarios de largo?
Es increíble cómo con otros flacos la tengo clara (al menos en qué actitud puedo tomar) y con este me vuelvo una nena que no sabe qué decir ni cómo actuar...
¿Cómo hago para que todo esto no me afecte? ¿Cómo logro que esta vez las cosas se vuelvan a mi favor?
Odio tener que ir a tomar este café. Y a la vez muero de ganas de hacerlo, porque es el hombre más interesante que he conocido en muchos años.
Espero que la Mery renovada no se vuelva la antigua Mery...

sábado, 5 de septiembre de 2009

Conversaciones embolantes

Antes de meterme de lleno en este post debo avisar que soy una persona relativamente exigente con respecto a las conversaciones y sus contenidos. A mi el hablar por hablar no me resulta interesante. Menos que menos cualquier tópico. Si vamos a filosofar y discurrir libremente, o simplemente a contarnos cosas, que al menos sean relativamente importantes.

Y no por su relevancia. No es que yo quiero hablar solo de política, de economía o de cuestiones atinentes a mi carrera. Muchas veces esos temas me embolan por no encontrar interlocutores válidos. Por eso esos temas son exclusivos de ciertas personas, dificiles de encontrar por cierto.

Me gustaría entonces hablar de conversaciones embolantes. Temas que ni por asomo y en ninguna circunstancia pueden parecerme interesantes y/o relevantes. Y no es que tengan que ser grandes temas para ser así, simplemente hay cuestiones que no pueden movilizarme a emitir palabra, porque no me importan ni me importarán jamás.

A lo largo de mi existencia he tenido miles de conversaciones embolantes. Paso a contárselas de inmediato:

* Por el lapso de una hora, un flaco se dedicó a contarme de qué estaban compuestos todos los tragos existentes. Aclaro en este mismo momento que no se trataba de un barman. El mismo parecía no percatarse de mi falta de interés, ya que me la pasé respondiendo en monosílabos, mirando hacia otro lado. Pero no había forma: el tipo seguía insistiendo como loco en hablarme de esa soberana idiotez.

* Con eso voy a otro tema: odio las enumeraciones. La misma persona se dedicó también a hablarme por el lapso de una media hora de cuántos shows (y cuáles) había asistido en su vida. A esto respondo con algo simple: ¿a mí qué carajo me importa?

* Después están las pseudoconversaciones. Esas en las cuales te la pasás escuchando a alguien que no te pregunta nada o te pregunta y no espera tu respuesta y habla, y habla y habla. De sí mismo, claro. Hay dos personas (o más), todo pareciera indicar diálogo: se miran, se oyen, alguno habla en algún momento. Pero no se engañen: es un monólogo.

* Lo que sigue no es una acción considerada conversación per se, pero se da alguna clase de ella en este contexto. Se trata de la compra de cualquier objeto: una ropa, un disco, un piercing, una tarta, un postrecito, lo que venga.
Así es como llego a detestar a las personas que se disponen a estar en el lugar de compra viendo la misma pieza (y examinándola) por un lapso de más de 10 minutos -nótese que mi embole comienza desde pasados 5 minutos de dicha actividad, pero por cordialidad lo extiendo a 10-. Esa extensión temporal genera y nos obliga a establecer una conversación que me puede llevar al borde de la locura.

Conversación inútil 1: ¿Y qué te parece este jean? ¿No me aprieta mucho el culo? ¿No me veo como un jamón? ¿No me mentís no?...

CI 2: Ayy! Este piercing, ¿no lo tienen en color verde caca descompuesta de bebé? Y te miran y te preguntan: ¿no lo tienen? Uno debería contestar: NOOO BOLUDO/A!!!!! ¡Comprá algo y no me hables de esa nimiedad!

CI 3: ¿De brócoli o zapallito? Zapallito mejor... mmm no, ¿y la de jamón y queso?... Caprese, si, mejor esa. ¿Vos comiste de esta? A mi me da gases... pero la como igual... qué divertida la palabra gases, ¿no? (risa del charlatán de tema boludo)

* Esto me lleva a lo que sigue. Detesto los temas escatológicos. No me interesan, no me causan risa... deberían ser eliminados del planeta. No me importa cuál fue tu vómito más grande ni cuántos días estuviste constipado. No me interesa el tamaño del enema que te pusieron y menos que menos me importa el grosor del excremento en cuestión. Digas lo que digas o bien el tema me da asco o lisa y llanamente no me causa gracia.

* Otro tema de mierda son los hijos ajenos. No importa si tu hijo/a es un ser superior, si posee una inteligencia sobrenatural o si es el niño/a más lindo/a del mundo. Lisa y llanamente todas las pelotudeces que hagan tus hijos me parecen eso, una soberana boludez. Y por ende no me importan y no las quiero escuchar. No me gustan los niños, ¿para qué querría saber de ellos?

* Si viajaste, no me cuentes. Casi nunca sale nada interesante de ahí. ¿El hotel era lindo? Mirá que loco... ¿conociste una sierra, una montaña, una playa? WOOOOWWW... A menos que te haya pasado algo que acá o en cualquier lado no te ocurriría, como conocer a alguien o ver un suceso extraño, NO ME CUENTES. Y menos que menos me muestres las fotos. Eso me parece aún más embolante.

* Las historias de qué estabas haciendo cuando un gran acontecimiento histórico se estaba llevando a cabo no son temas que me puedan interesar ni aún dopadísima. Y esto por obvias razones. El contexto te supera y seguro vos estabas en alguna pelotudez que claramente no me importa.

* A menos que seas mi pareja, evitá hablarme de tus gustos en el sexo. Todo bien pero si te gusta de parado, en cuatro o en alguna pose extrañísima, pero no hace falta que me lo cuentes. Y no por cerrada ni nada, sino porque simplemente la vida sexual ajena me importa menos que lo que pueda estar haciendo en este momento Karina Jelinek. Así de simple.

Y a la gente le gusta tanto hablar de sí misma en el sexo... Y es aún peor cuando le conozco la pareja a esa gente, porque para peor o me los imagino (y casi nunca son agradables para imaginártelos) o por el solo hecho de conocerlos sé que tienen menos acción que un macetero.
Al único ser con quien hablo de estas cosas y le cuento mis gustos (pero porque son similares) es con mi amigo gay. Con el resto me embolo.

Y ustedes, ¿con qué temas de conversación se embolan?

jueves, 3 de septiembre de 2009

Mery en unos años será así...

Todo aquel que me conozca, sabrá que en unos años, si sigo con mis frases y mi ideología, terminaré siendo así jejeje

En fin, un poco de autocrítica y un sketch magnífico del increible Diego Capusotto. ¡Que lo disfruten!

Ritual completado

¿Se acuerdan del post "Rituales Imposibles"?

Bien, hoy se hizo posible. Lo borré del celular y del msn (con bloqueo y todo)

De a poco lo olvidaré del todo... o solo hasta que deje de doler.

Aún así me tomo la licencia de dedicarle un fragmento de un tema del último disco de Gustavo Cerati, "Fuerza Natural". Se llama Convoy y dice así:

"Te encontré en un tren
dejando atrás la locura
nos miramos bien
buscando nuestro punto de fuga
tantas ganas de explorarnos
todo salio como lo planeamos"

((Más bien como VOS lo planeaste... pero bueno, yo tuve mis pequeñas victorias también. Y te exploré a mi gusto...))

¡Adios!, trataré de recordar lo poco bueno que me dejaste...

Que pase el que sigue!!!! (cuac!)

martes, 1 de septiembre de 2009

Chic@s de Boliche

Mucho se dice de la gente que se conoce en los boliches. Que nunca termina en nada más que lo que pasó allí, que no podés buscar una relación porque desde el momento en que conocés a alguien en ese entorno automáticamente te volvés Chic@ de Boliche.

Después estarán quienes te cuenten las historias contrarias, tales como "mi amiga/o tal conoció a menganito/a en tal boliche". Pero por ahora hagamos a estas historias descartables, nada más que para sostener el punto al que deseo llegar.

La pregunta clave aquí es, ¿deberían los seres que conocemos dejar de ser Chic@s de Boliche? ¿Querremos que así sea? ¿Es el boliche un espacio propicio para ello?

Yo voy a argumentar que no, y voy a ensayar posibles ideas que lo sostengan, basada por supuesto en mi propia experiencia (cómo hablar, sino). A saber:

* Los datos que uno puede obtener de una persona en ese ambiente son escasos. ¿Cómo engancharte con una persona de la cual solo sabés la edad (si no te mintió cuando te la dijo) y dónde vive?

* Derivado de lo anterior sucede que mucho no se habla. Y ustedes entienden a lo que me refiero...

* Y si hablás, normalmente la gente de boliche te embola. Es como una primera cita pero peor. No sabés de qué hablar (no tenés idea de con quien estás hablando) y encima se da lo siguiente:

* No escuchás una mierda. Literalmente me he encontrado no escuchando el 90% de las cosas que me dicen y asintiendo nada más que para ver si pasaba otra cosa y justamente pasar a otra cosa, o sea, a otro flaco. Porque:

* En un boliche no podés exigir (ni te pueden exigir) exclusividad. Y díganme: ¿qué clase de relación puede establecerse con alguien que, o te vio con otro o vos lo viste con otra y en la misma noche?

* Otro tema es el nivel de pedo de las personas con las que te encontrás. Están todos casi siempre pasadísimos de alcohol y eso incide de dos maneras: un ser en pedo jamás es atractivo ni interesante y además al otro día no se acuerda de vos. Y vos por lo anterior no te querés acordar de él.

En síntesis, estas relaciones no perduran básicamente porque la mística que se arma alrededor de las dos personas es de instantaneidad y no de duración. Hay algo en el ambiente que lo hace a todo posible dentro de ese marco pero imposible en otro.

Es como que la mañana siguiente barre el glamour y toda clase de interés.

¿Qué opinan ustedes?
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