lunes, 10 de agosto de 2009

Ese calvario que llaman trabajo...

Así como mi amigo blogger Diego plantea bastante seguido sus verdades irrefutables, yo quiero aventurarme a decir una:

"El trabajo no dignifica, más bien uno es un ser indigno porque trabaja"

Por empezar, quien postuló que el trabajo dignifica, merece morir cagado a cadenazos y/o colgado de las bolas si es hombre.

Nada más ajeno a la realidad de todos y cada uno que somos esclavos por 8 o 9 horas en una oficina inmunda llena de los seres más despreciables de la tierra que son los oficinistas. Y aquí hay que prestar mucha atención: NO NOS DEJEMOS ENGAÑAR. Cuando se piense en el significado de trabajador que a NADIE se le cruce un oficinista. Es un título que le queda demasiado grande.

*Aclaración: como toda categoría, la del oficinista representa una figura ideal. Si bien varios de sus rasgos corresponden con el oficinista de carne y hueso, el mismo es inabarcable, puesto que como todo ser humano tiene sus particularidades, todas ellas imposibles de ser contenidas en una categoría que busca generalizar antes que en dar cuenta de la diversidad*

Retomando: un oficinista es básicamente un ser que dice trabajar cuando en realidad se la pasa divagando pelotudeces, tomando café (feo, en las oficinas el café nunca es rico, ¿vieron?), conspirando contra sus pobres y giles compañeros y hablando mal del jefe, a quien ocultamente buscan impresionar a cada segundo. No sé si es por ego o por la conciencia de su verdadera falta de valor en todo sentido, pero el oficinista no puede dejar pasar una oportunidad para ser un genuflexo y un cagón que -aún negando ser más papista que el papa- no dudará en ir al cobijo del jefe para hacerle la vida imposible a sus compañeros, destilando en su despacho los chusmeríos más berretas y falsos que puedan existir en el planeta.

El oficinista se divide en múltiples subcategorías, a saber:

La secretaria crónica: la misma ronda los 50 años y tiene por lo menos 30 de experiencia en el rubro. Ser berreta e ignorante por excelencia, la secretaria crónica es lo mismo que una tía boluda en un cumpleaños. Habla mal de todos pero dice nunca atreverse a opinar de nada, porque ella es un ser conciente de su propia boludez (por eso es secretaria y no otra cosa... y jamás buscará serlo). Y como confiesa su estupidez, siempre algún oficinista hombre -preferentemente un viejo- busca sentirse superior explicándole y opinando de lo que ella teme siquiera decir palabra. En compensación por ello, la secretaria crónica actuará interesada y maravillada por las palabras del viejo pelotudo; pero en realidad estará pensando en las náuseas que el mismo le provoca.
Ahora: la secretaria crónica a veces opina. Y para peor cuando lo hace, es sobre política e incluye su habitual pelotudez con un toque de parecido a un programa de TN. Este acto nimio te va a dar ganas de cortarte las venas con un diskete de 3 1/4, que claramente no va a servir para una mierda, pero que va a expresar tu sentimiento de impotencia ante tanta explosión de idiotez. Para sumarle, la secretaria crónica es la chupamedias del de mayor jerarquía (hombre... porque son increíblemente machistas) y es la portavoz de todo lo bajo que ocurra en la oficina. Todas las veces que te equivocaste y todas las cosas que no hiciste pero ella te inventó serán oidas por el jefe, quien con muy poco criterio (como siempre) va a creerle absolutamente todo.

El Jefe pelotudo: este ser casi nunca tiene una jerarquía de importancia. O si la tiene nadie lo toma en serio. Pero boludo como es, el tipo tiene el título de Jefe y cobra más guita que vos. Y andá a cantarle a Gardel si no te gusta.
Es así: SIEMPRE el mundo te va a demostrar que el más pelotudo con buenos contactos es jefe. Para más pruebas cito la vieja (y no por eso menos cierta) frase: "el que sabe, sabe y el que no es jefe".
El jefe pelotudo suele necesitar de un empleado GARCA que, aprovechándose de su increible pelotudez se vuelve su mano derecha y por eso un empleado intocable. De más está decir que un jefe pelotudo es lo mismo que un mono con navaja: un peligro para vos y tu sueldo.

El asistente forro: este es un ser incluso más despreciable que los dos anteriores. Siempre parece estar muy ocupado y con mucha cara de orto. Ese rostro parece de stress pero es estreñimiento causado por la falta de personalidad y autoestima que este ser posee como característica indeleble. Es otro delator tuyo ante el jefe ya que te tiene miedo (le significás siempre competencia) y como bien dijo un amigazo (el que me da todos los consejos): no hay nada peor en un trabajo que los compañeros inseguros. Se mandan cagadas cual pato criollo y después prenden el ventilador y pretenden llenarte de mierda a vos. Casi siempre lo logran, claro; porque los jefes son especialmente sensibles a este tipo de alimañas: son flexibles (son muy genuflexos) y aparentan ser eficientes, aunque el 90% del tiempo estén mandando fruta.
Pero a ellos no les importa, porque como buenos jefes que son también están haciendo lo mismo antes que dedicándose a su verdadera profesión (la de verduleros, ¡claro!). Aparte el condescendiente este le alimenta el ego, y eso siempre les viene bien.

El jefe con asistente forro: básicamente y en pocas líneas, es un ser vago, atorrante y esquivo que delega todo su trabajo en el asistente, se lleva todos los reconocimientos y además recibe chismes gratis bien jugosos. Es una chusma de barrio pero con sueldo alto, digamos.

La secretaria joven: las hay de dos tipos. 1) Las que buscan hacer carrera de secretaria; 2) Las que buscan hacer una carrera en serio y ganar unos mangos mientras tanto. Las primeras son un embrión de pelotuda que florecerá y llegará a su punto cúlmine cuando se vuelva una secretaria crónica. Las segundas suelen ser más copadas, pero con un toque de pelotudez, porque por algo entraron a ese puesto y no a otro en la compañía. Después de todo, ¿cuánta inteligencia se requiere para atender un teléfono?

El cadete: siempre un ignorante acérrimo, el cadete es un pibe que no pasa los 20 años y que si los pasa ni tiene la decencia de trabajar en algo que se encuentra apenas unos centímetros -3 para los obsesivos que gustan de los detalles-, que es ser telemarketer.
Pregunta boludeces, se rasca mucho las bolas (en el sentido literal, porque se baña poco) y siempre se cree que es el más groso cuando en realidad es un gil al que se le pasan de largo todos los chistes que le dijeron durante el día. Pobre pelotudo. Probablemente se case a edad temprana y críe a otros idiotas que se dedicarán a lo mismo, pero lo harán incluso peor.

El compañero pajero y machista: este puede ubicarse en cualquier puesto. Sus características: adicto al cigarrillo desde los 6 años, tiene una voz de camionero con anginas -y por ende afonía- severa, la cual usa para decir guarangadas ofensivas el 90% del tiempo laboral. Siempre le mira el culo y las tetas a sus compañeras y las desprecia porque no le dan bola, porque él le quiere dar a todas pero por ser tan pajero no puede.
Vive viendo películas porno -que baja ahí mismo en el trabajo- y por ende siempre está caliente. El idiota incluso piensa que todas las situaciones de la vida se dan como en una XXX Hace calor porque la calefacción está alta, te sacás el saco y piensa que te le estás insinuando. Un forro y un asco.
Desprecia, maltrata y ningunea a las mujeres. Pero lo tienen cagando en su casa y es cornudo seguro. SEGURO SEGURO.

La jefa conchuda: para eso remitanse a mis post sobre mi jefa (je!)

La autoridad principal de la organización: este ser es por lo general un hombre de más de 60 años. Es esquivo, caracúlico y distante. Como tiene pocos dotes de líder, cree que siendo asqueroso logra respeto. Pero no es cierto, maneja un lugar con un montón de idiotas que no hacen nada nunca y encima lo critican todo el tiempo.
Él es el encargado de cagarte a pedos y hacerte temblar pensando que va a pedirte la renuncia porque se deja llevar por el puterío más miserable que armaron tus compañeros. Nunca justo, siempre aparatoso, este señor te va a encajar los peores laburos y los vas a tener que aceptar porque, después de todo, si este te tiene entre ceja y ceja vos de seguro juntás tus cosas en una cajita y te vas a engrosar la fila de los desempleados.
Un ser altamente despreciable y con un sueldo desmedido siendo que nunca hace un sorete en todo el día. Es más, casi siempre usa ese tiempo para desarrollar choreos nuevos.

Y falta el empleado groso, copado, que tiene toda la onda y se pregunta a diario qué mierda hace en esa pocilga en la que trabaja. Ese o esa, querido/a SOMOS VOS Y YO.

PD: mañana martes 11 cumplo un año en mi oficina... Qué suerte que tengo :S

7 comentarios:

  1. completamente de acuerdo con la frase
    "El trabajo no dignifica, más bien uno es un ser indigno porque trabaja"
    Más aun de acuerdo con la descrición del compañero pajero y machista ( siempre hay uno así!)
    Yo también fui alguna vez una empleada grosa, copada, que tiene toda la onda y se pregunta a diario qué mierda hace en esa pocilga en la que trabaja. Sólo que encima me ha tocado ser secretaria ( o buscar trabajo de secretaria y creeme que no me gustó ni gustará nunca serlo, pero ahora ni eso puedo conseguir, pero no me quejo, yo sé las ventajas de no trabajar también)

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  2. Naaaaaa
    mucho para leer.
    02:23 am... no, ni en pedo.
    Me voy a soñar con un sillon blanco y cortinas bordó.
    Ahi te veo.
    Saludos

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  3. Como dice mi filosofo de cabecera, Don Ramón: "Ninguún trabajo es malo, lo malo es tener que trabajar".

    Por suerte nunca trabaje en una oficina grande


    Cani

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  4. Jejé cuanta razón, cuanta!!! Y la persona grata de tu blog (la número 2, a la uno ya la elogié) no tiene desperdicio... amén!

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  5. El compañero machista es taaaaaaaaaal cual!!
    Siempre hay uno viste?
    todos los que nombraste, ya los padecí, es increible.
    Por supuesto, yo soy de los tuyos :P
    Gracias por nombrarme Mery!

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  6. Estuve pensando en reformular la frase una vez más: "El trabajo no dignifica, más bien uno se indigna por los especimenes con los que trabaja" (je!)
    Superchic: Ojalá consigas trabajo pronto!!! Es una mierda, pero no tener tampoco está bueno! Gracias por tus comentarios!
    Menage: espero saber del sueño!
    Cani: 100% de acuerdo!!!
    Solitaria: tenemos el mismo gusto!!! jajajajaja Y si, muuuucha baba!!!
    D: De nada, vos te lo merecés! Y obvio que sos de los míos, lo supe desde un principio!!!!
    Besotes

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  7. Bueno, ya sabes del sueño.
    Eso.
    Que se yo.

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